

1909
Vaquerín nace en Muguetajarra
1916
Vaquerín y su familia se trasladan a
Torrejón de Ardoz, Madrid. Empieza
su interés por el toreo
Pablo Ayerra
Las campanas de la iglesia de San Andrés vuelven a sonar. Las golpea Iosu Viscarret Puyo, uno de los miembros de la asociación Errekazar, formada por 15 adultos y 5 niños; son los nuevos propietarios de las ruinas de Zoroquiain y quieren rehabilitarlo. Que vuelva a ser pueblo.
Txaparro, de manos ásperas, deje navarro y atuendo campuzo, Iosu se deja grabar por Orbela para explicar qué es el proyecto Errekazar: “La información es muy importante. A lo mejor alguien que ve esto se da cuenta de que se pueden actuar de otra manera, mejor”. Aunque no consigue llegar al porqué último de su decisión de comprar cuatro piedras, el poso de su discurso es sencillo: hacer las cosas bien en vez de mal. Iosu quiere recuperar la historia de un pueblo convirtiéndolo en una “ecoaldea”, un núcleo urbano autosuficiente. En Navarra ya existen algunos como Eransus (en el Valle de Egües) o Lacabe (en Arce, merindad de Sangüesa).
“Está claro que no vamos a ser cien por cien autosuficientes” –admite. “Compramos envases, trabajamos en la ciudad… ¡Tampoco queremos aislarnos!”. El fondo de su filosofía es realista y sencillo: actuar siguiendo sus principios mientras el resto del mundo donde viven sigue girando. La asociación Errekazar quiere producir su propia energía mediante una construcción orientada a la eficiencia energética, usar placas solares y molinos como fuente de energía, gestionar los propios residuos, etc. Por ahora, un proyecto y mucha ilusión.
Aloe Vera en macetas hechas con envases de plástico, un pequeño rincón de margaritas a los pies de la iglesia de San Andrés, una pila de leña cortada o restos de una hoguera son pistas de que ha vuelto la vida a Zoroquiain. Desde 2014 casi todas las casas (cinco ruinas y dos eras de trillar) pertenecen a Errekazar. Solo un hombre de 99 años se resiste a vender su casa a la asociación.
Los pueblos colindantes están contentos. De hecho, el 29 de noviembre de 2015, vecinos del valle se acercaron para celebrar las recuperadas fiestas junto a los futuros inquilinos. “Aunque no vinieron muchas personas del pueblo” –lamenta Iosu. “Yo creo que les duele verlo así. Una vez, un matrimonio mayor vino hasta aquí pero ni siquiera pudieron acercarse a las ruinas de su casa”.
Hoy, sólo se mantienen en pie una casa, la iglesia (construcción medieval del s. XIII) y un palacete fechado en 1798; en tiempos, el palacio del que dependía el resto del pueblo. La pared trasera de la iglesia está revocada porque en ella se jugaba a pelota. Antes de que la hierba convirtiera el espacio en una porción más de monte, allí había una plaza. Ahora, sería inimaginable que una pelota rebotara en la pared o en el suelo. Pero, Errekazar ha emprendido el camino para que se pueda volver a jugar a pelota en la plaza. Como cantaba el lema del cartel de las fiestas de 2015, quieren que en Zoroquiain vuelva a haber tres cosas: “¡Música, ruido y alegría!”..
1800
1890
Desaparece como concejo al tener menos de 16 habitantes
30 habitantes
1960
1970
10 habitantes
9 habitantes
1981
1986
8 habitantes
31 personas
habitaban en 5 casas útiles
Despoblación de Zoroquiáin
1990
2014
7 habitantes
0 habitantes, 0 casas útiles
2000
2015
¡Esperanza!
6 habitantes
REVIVIR UN PUEBLO OLVIDADO
Asociación Errekazar
2014
- Compra-venta en lote de 5 ruinas y dos eras
- Compra de la Iglesia al Arzobispado
- Ubicación de la gente en casas o parcelas
- Contratación de arquitectos y especialistas con experiencia en bioconstrucción
2016
- Permisos urbanísticos del Ayuntamiento de Unciti
“Zoroquiain dejó de ser pueblo en diciembre de 1990, pasando a ser lugar”, reza el proyecto de rehabilitación de la Iglesia de San Andrés. Esta localidad de unos 10.000 metros cuadrados de suelo urbano parecía estar condenada a algo tan vacío como “ser lugar”. Eso debió advertir Fernando Hualde cuando en su blog dedicado a los pueblos abandonados de Navarra escribió sobre esta localidad del Valle de Unciti. Recuperó la memoria casi difunta de Zoroquiain para que constara, al menos, en un recoveco de internet. No obstante, si se lee el post de Hualde hasta el final, se encontrará un único comentario anónimo fechado el 5 de enero de 2015: “¡Bonito reportaje sobre el pueblo! Os animo a visitar el blog de Errekazar, el proyecto de recuperación de Zoroquiain que empezó a andar hace un año”.
- Primera fase: reurbanización cabal
- Segunda fase: recuperar y repoblar el entorno natural con especies autóctonas
- Proyectar: abastecimiento eléctrico, el saneamiento, iluminación, residuos, pavimentos
- Hacia el autoabastecimiento eléctrico y la autogestión de residuos
- Recuperación de las fiestas (29 noviembre)
2015
Futuro
“Pueblos abandonados hay a patadas, pero que los vendan, ni uno”, dice Iosu Viscarret Puyo. Él es miembro de la asociación Errekazar, un grupo de 15 adultos y cinco niños que compraron las ruinas que dormían en Zoroquiain (en el Valle de Unciti) para darles vida de nuevo. Con la autosuficiencia como ideal y trabajo en común, el proyecto de recuperación del pueblo ha echado a andar. Pretenden demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera.
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