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UN INVASOR EN EL BAZTÁN

Se parece a un castor y da la sensación de que no se entera de nada, pero no tiene ni un pelo de tonto. El coipú (Myocastor coypus) es un mamífero originario de América del Sur que campa a sus anchas y de forma natural por países como Paraguay, Brasil, Bolivia o Argentina. Cruzó el océano en la década de los 70 del siglo XX cuando algunos europeos establecieron criaderos en el sur de Francia y en Cataluña para la explotación de su piel. Y desde entonces, aquí sigue. Descontentos con su vida en cautiverio, algunos se escapan de sus residencias. Otros son abandonados porque su piel ya no vale tanto en el mercado. Por fin en libertad, en España se han instalado en Cataluña, Cantabria y, sobre todo, en Guipúzcoa y Navarra. A territorio foral llegan desde la población establecida en el departamento francés de Pyrénées-Atlantiques. Ahora, constituyen un riesgo para el hábitat en el que se han introducido.

 

El coipú, también llamado nutria roedora, tiene el aspecto de un ratón de seis kilos, algo más pesado en el caso de los machos, con un rabo largo y cilíndrico. Su cara es graciosa, con hocico y mejillas casi blancas y dos incisivos visibles y anaranjados. Se parece un poco a Scabbers, la rata de Ron Weasly. Adaptado a la vida semiacuática, cuenta con extremidades superiores palmeadas, orejas pequeñas, y ojos y nariz en la parte dorsal de la cabeza que le permiten ver y oler mientras nada. Además, como sus mamas se sitúan en posición lateral, las hembras son capaces de alimentar a sus crías mientras nadan. Tienen entre dos y tres camadas al año.

Lucía Gastón

Autor: Quartl

Es generalmente herbívoro; se alimenta de raíces, hierbas, rizomas, frutos silvestres, cereales y manzanas. A veces hace trampas en su dieta vegetariana y come moluscos bivalvos (son moluscos de dos conchas como). Come con las patas delanteras mientras se mantiene erguido sobre las traseras. Todas sus extremidades tienen cinco dedos. Vive siempre cerca del agua, ya sean ríos, lagos o embalses, y escarba madrigueras en la orilla.

 

El coipú aparece en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Y es que este roedor de pelaje pardo y amarillento puede causar numerosos daños. Por su alimentación, puede provocar la extinción local de distintas plantas. Además, al comer vegetación acuática, reduce la superficie para la nidificación de aves acuáticas, pudiendo provocar su desaparición. Su tendencia a escarbar degrada el estado de las orillas estropea infraestructuras destinadas al aprovechamiento de recursos hídricos, aumenta el riesgo de inundaciones y afecta negativamente a los cultivos. Por último, puede transmitir determinados patógenos a los seres humanos como la Fasciola hepática o el Echinococcues multiloculares causando enfermedades parasitarias.

 

Todo esto ha hecho que se consideren diversas medidas para su control. La presencia del caipú daña el ecosistema navarro. Hasta ahora, en Navarra solo se ha utilizado el trampeo in vivo (jaulas para atrapar al animal sin matarlo), pero hay otras muchas opciones. La caza con arma de fuego es una posibilidad, pero no es recomendable para áreas protegidas o donde se puedan causar daños a otras especies. Las vallas eléctricas para cercar ciertos terrenos y las redes metálicas para proteger las orillas de ríos y lagos también son factibles. Estas medidas deberían ser suficientes para la erradicación del coipú en territorio navarro. Pero no para todo. Desde Francia no dejan de llegar ejemplares que vuelven a reproducirse. Al menos, la situación está controlada. Los daños no son irreversibles y aunque es nocturno, si tienes suerte y mires a la orilla del río, tal vez veas a un gracioso rodeor de dientes naranjas.

 

 

Autor: Peleg

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