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URBASA SE ESTRENA EN HOLLYWOOD

Carmen Arroyo

Peter O'Toole en Navarra

Sesión del pleno

La primavera del 69 supuso una revolución para Navarra. El hombre llegaba a la luna, Osasuna subía a Segunda y el equipo de rodaje de la película Patton se trasladó a la Sierra de Urbasa. Soldados, tanques y caballos ocuparon los pueblos del valle de Améscoa. Estella, Olazagutía, Aranarache y Eulate se llenaron de actores de Hollywood y militares del ejército franquista que participaban de extras. Entre abril y mayo se rodaron algunas escenas de batalla de la película Patton, y Urbasa volvió a los años cuarenta de la Segunda Guerra Mundial durante unos días.

 

El director de fotografía de Patton, Fred J. Koenekamp, escogió nuestro país por sus paisajes. España ofrecía a los americanos el verde de Bélgica en Navarra y el frío de las Ardenas en Segovia. Según Koenekamp, muchos le preguntaron qué hizo para hacer que la hierba estuviera tan verde. Él, según la revista ‘After the Battle, contestó que nada. “Es así porque llueve mucho en esa zona. Está cerca de la frontera francesa y se asemeja a Normandía”. Hablaba de Navarra. España tenía otra ventaja: solo el ejército español podía proporcionar equipos de la Segunda Guerra Mundial, pues el Estado los había adquirido bajo vigilancia americana años antes. España no decepcionó a Koenekamp, que se quedó fascinado con la efectividad de sus gentes. “Son maravillosos. Si les dices que quieres algo y no está disponible, ellos lo harán, incluso si tienen que trabajar toda la noche”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras Koenekamp evaluaba los lugares de rodaje, los pamploneses esperaban inquietos, y en las Améscoas corrían cotilleos sobre Patton. En Olazagutía se reunieron veinticinco tanques, preparados para rodar. Y Estella se llenó de forasteros, además de oficiales “morenos” que venían de Almería. Los soldados no cobraban gran cosa: 75 días las jornadas sin rodar y 250 los días que aparecían en cámara. “¿Les parece mucho o poco?- se pregunta el periodista Artegotxo en el Diario de Navarra en mayo del 69 -. Yo les diré una frase de uno de estos extras especiales: ‘Justamente nos llega para whisky’. Bien, aunque la frase, que no es nuestra, sea un poco exagerada, indica bien a las claras que estos extras no pueden hacer mucho dinero”. Los vecinos de Eulate y Aranarache también hicieron de extras en la película. El abuelo de Marta Pérez, local de Aranarache, salió en una escena del final, pastoreando su rebaño de ovejas lachas.Y a su madre, le pagaron por subirse a un tanque en Larraona.

 

El valle de Améscoa estaba abarrotado, porque al mismo tiempo se empezó a rodar en los rasos de Urbasa la película Cromwell, ambientada en el siglo diecisiete. El periodista Miguel Urabayen escribió en 1973: “Recuerdo que en aquellos días nuestra Sierra de Urbasa era un lugar muy raro. Uno se encontraba con tanques y cañones, con soldados americanos y alemanes, y pocos minutos más tarde debía parar el coche ante una compañía de soldados del siglo diecisiete, con sus picas, mosquetes y espadas… Era un verdadero espectáculo”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tantos tanques y soldados tuvieron consecuencias sobre las carreteras de Navarra. Y en agosto del 69 el Pleno de la Diputación aprobó la “liquidación de daños producidos en las carreteras con motivo del rodaje de la película Patton”.

Es decir: el equipo de rodaje de Patton estropeó las carreteras y tuvo que pagar su reparación.

 

Cuarenta y siete años después, apenas quedan extras de Patton en los pueblos de Aranarache y Eulate. Los que sí quedan son sus hijos, que cuentan cómo en aquel edificio había un tanque y en esa entrada al pueblo grabaron una escena; saboreando los recuerdos plastificados en celuloide.

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