
EL PESO DE LA TRADICIÓN
El punto de partida de esta ruta está en las afueras de Elzaburu, lugar desde donde partieron tropas de refuerzo carlistas que querían llegar a Oroquieta para ayudar en labatalla contra los liberales. En esta ruta vamos a recorrer el camino que llevó a estastropas hasta Oroquieta, pero lo haremos en coche.
Justo antes de llegar a Elzaburu, tras los chalés, hay un camino que se adentra hacia unenclave con troncos cortados. Allí mismo se deja el coche. A la derecha, se encuentra elcélebre roble de Elzaburu, que está señalizado por un cartel estropeado por el sol y lasinclemencias del tiempo. Solemne, el árbol nos da la bienvenida.
Íñigo García
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A continuación, otra vez en coche y tras un viaje de apenas cinco minutos, llegamos hasta Illarregui, un pequeño pueblo con muchos secretos. No es difícil aparcar, se puede dejar el coche en casi cualquier lugar del pueblo.
En algunas casas las enredaderas y otras plantas campan a sus anchas. Varias construcciones están abandonadas; en otras parece que se ha detenido el tiempo. En el pasado una de esas casas bien pudo albergar el hogar de Juan de Orno, un célebre curandero al que acudían gentes de toda Navarra para que les recolocase los huesos.
Emprendemos de nuevo el viaje en coche y nos dirigimos a Oroquieta, el corazón de esta ruta. Se puede aparcar delante de la posada de Oroquieta. En esta posada hay un cartel informativo que nos recuerda que allí aconteció una batalla durante la guerra carlista. En muchas casas del pueblo hay símbolos heráldicos, que rememoran el carácter carlista de la localidad. Cerca de la iglesia, en la parte izquierda, hay una casa abandonada que sirvió de hospital durante la contienda. En sus muros aún se pueden ver las marcas de los disparos.
Si volvemos a la zona de la posada, encontramos una plaza con columpios. Allí hay un monumento que rememora la primera intervención de la Cruz Roja en España. Las inscripciones del monolito están en castellano y en euskera, idioma materno de muchos de los voluntarios carlistas que combatieron.
Nuevamente, nos montamos en el coche y vamos hacia el alto de Gorostieta, cogiendo la NA-4114. Aunque está señalizado por un cartel, hay que estar atentos para no pasarlo de largo. El camino que tomaremos es uno de los muchos por los que huyeron los carlistas tras la emboscada liberal. Las tropas, intentando ir hacia la frontera con Francia, se desperdigaron y fueron desde este alto hacia Belate. Para realizar esta ruta de huida hay que seguir la señalización que indica la dirección “Belate”; el camino cuenta con marcas rojas y blancas. No tiene pérdida. Por la pista indicada, se puede disfrutar del entorno montañoso, y se llega hasta las ventas de la Ulzama. Pero se puede regresar en cualquier momento, ya que la vuelta consiste en deshacer lo andado. Es un recorrido muy fácil y, aunque cuesta algo de tiempo realizarlo, las vistas merecen la pena.




