
EL MONSTRUO DE ANTXOMARRO
La palabra "herensuge" significa en euskera 'serpiente de fuego'. En diferentes lugares del País Vasco y Navarra, esta criatura mitológica también es conocida como Lerensuge, Edaansuge, Hensuge o Herainsuge. Comúnmente, se le llama dragón: un ser con aspecto de reptil gigante, alado y que echa fuego por la boca. Alimentada por el hallazgo de fósiles de dinosaurios, esta figura ya estaba en el imaginario común europeo siglos atrás. El mito del dragón penetró en el norte de la Península Ibérica a través de las rutas jacobeas.
Herensuge es descrito de varias maneras en las múltiples leyendas de los pueblos vasco-navarros. La más común es la que lo representa como un malvado ser salido de las profundidades de la tierra, con forma de serpiente de siete cabezas y que puede lanzar fuego. Su vuelo produce un ruido espantoso. Le gustaba secuestrar muchachas, atacar rebaños y destrozar pueblos. Habitaba en cuevas, de las que únicamente salía para para cazar.
Hay muchas historias de cómo murió, variando el sujeto que lo mata. A veces quien le vence es un ángel, otras un noble y otras, simplemente, un joven valeroso. Por ejemplo, en Labort (País Vasco Francés) se decía que lo había matado un joven llamado Gastón de Belzunce. Quizá la versión más extendida es la de la muerte de Herensuge a manos de San Miguel en Aralar. Esta leyenda cuenta que un tal Teodosio de Goñi, estando fuera de su casa, se topó con el Diablo disfrazado de ermitaño. El Diablo le dijo que su mujer le era infiel. Teodosio, furioso, regresó a su casa, entró en su habitación y mató con una espada a las dos personas que descansaban en su cama. La mujer de Teodosio, que en realidad estaba acostada en otra cama, le hizo ver el error: Teodosio había matado a sus propios padres. Goñi fue a Roma a confesarse con el Papa Urbano. Este, como penitencia, le obligó a colocarse una argolla al cuello y a tornar desnudo y descalzo a su tierra. Al cabo de siete años de vagar por Navarra y alrededores, Teodosio se encontró con Herensuge en la sierra de Aralar. Al verlo, el penitente se encomendó a San Miguel, que descendió de los cielos blandiendo una espada con la que cortó la argolla y mató al dragón.
El dragón en la cultura occidental encarna el mal. Curiosamente, la descripción de Herensuge con siete cabezas coincide con el dragón del Apocalipsis. Que a un dragón lo venza un ángel simboliza que el bien derrota al mal. Sin embargo, en la cultura oriental son seres que proporcionan buena suerte, teniendo un papel esencial en su arte.
Iñigo García

Fotograma extraído de Youtube

Imagen cedida por el British Museum