top of page

LOS CÓCTELES DE LA MEMORIA

José Luis Muniain, barman navarro, acompañó a Miguel en todos los senderos de la vida. Se conocieron con trece años jugando a los bolos en la Plaza de Castillo. Compartían el sueño de trabajar tras la barra, así que, con otros de la cuadrilla, comenzaron como botones. José Luis empezó a trabajar en el bar Sayoa y Miguel, en el Avenida. No les dejaban servir bebidas, pero querían aprender. José Luis no se lo pensó mucho, y un día se fue al bar de al lado a preguntar. “No me dejaban tocar alcohol, así que fui al bar de al lado cada día durante un mes a pedirme un mosto y a aprender de los barmen”, comenta José Luis. Aún recuerda la primera vez que sirvió un vaso de vino: “El entonces presidente de la Audiencia venía al Sayoa y le conté que no me dejaban servir nunca. Unos días después, volvió a por un vinito y dijo: ‘Que me lo sirva José’”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con dieciséis años, Miguel y José Luis trabajaron juntos en el bar Candanchú. Después, Miguel se fue al bar Iruña y José Luis, a San Sebastián, donde estuvo hasta los treinta y dos años. Tras su periplo en el País Vasco, José Luis quería abrir su negocio en Pamplona. Mientras, Miguel había sido jefe del bar en el Hotel Maisonnave, donde creó el cóctel Patton, y también deseaba un bar propio. José Luis inauguró la cafetería del Hotel Tres Reyes. Poco más tarde, se marchó al Iruñazarra; le pagaban mejor. En aquella época, comenta José Luis, los barmen tenían unos sueldos muy altos y la gente se los rifaba. “Ganaba un dinero que pa’ qué. El doble de lo que necesitaba”.

 

Entonces se distinguía entre camarero y barman. El primero servía en mesa, y el segundo no salía de la barra; pero a finales de los setenta los barmen empezaron a hacer la función de camareros. “Así los bares se ahorraban un puesto”.

Era otra época en la que ser barman “era un auténtico lujo, un oficio muy bien pagado”. Hasta los cócteles han cambiado: antes toda la mezcla podía ser alcohol y ahora, solo un tercio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por fin, José Luis abrió un bar con su nombre en la Avenida Bayona 45, lo que ahora es la discoteca Enter, y Miguel abrió el bar Alycris en Barañáin. Inventaron cócteles, guardaron las recetas y se presentaron a concursos de coctelería a nivel navarro, español y mundial. José Luis se jubiló en 2009. Ahora tiene ochenta años. Hace diez que no hace un cóctel y en su casa “no hay una gota de alcohol”. Miguel también lo dejó y, desde entonces, no ha vuelto a trabajar detrás de la barra. Las paredes del bar Alycris están decoradas con fotos de los años setenta. En ellas sale Miguel, de blanco y con corbata negra, tras la barra. José Luis señala una imagen y sonríe: “Yo también estaba por ahí”. La receta del cóctel Patton se traspapeló, porque la ABE se movió de sede varias veces esos años. Los ingredientes quedaron en la página dieciséis del Diario de Navarra del treinta de mayo del 69; y las medidas, en la memoria de José Luis.

Era un sábado por la noche de la primavera de 1969. El equipo de rodaje de la película Patton llegó al Hotel Maisonnave después de una dura jornada de trabajo. En la barra, Miguel Lizarbe les sirvió combinados de licores. Miguel tenía veintinueve años y llevaba trabajando en bares desde los catorce. Vio a los clientes animados y pensó en experimentar con una mezcla nueva: quería presentarse al concurso de coctelería de la Asociación de Barmen Españoles (ABE). Tras varias pruebas, lo logró. “Dí con él y tuvo mucha aceptación; por eso decidí presentarlo al concurso”, comentó Miguel al Diario de Navarra. El cóctel Patton –así lo llamó– obtuvo el tercer premio del concurso de coctelería en 1969.

 

2/3 no alcohol

2016

1/3 alcohol

3/3 alcohol

1969

⅓ Vodka Smirnoff

⅓ Zumo de piña

⅓ Otra bebida

⅓ Vodka Smirnoff

Whisky William Lawson’s

Orange Grand Marnier

José Luis Muniain hace el cóctel Patton, que inventó su amigo Miguel Lizarbe. ¡Aprende cómo!

 

Carmen Arroyo

bottom of page